TRIUMPH ORIGINALS | STOCKWELL DESIGN
REINO UNIDO

Su proceso se basa en una atención al detalle innegociable, donde cada elemento debe servir para algo. Analizan cada moto hasta el detalle más insignificante, y nada se añade sin un propósito claro. El equipo aplica este refinado estilo para responder al encargo y hace una lectura actual de las Bonneville de los años 50 y 60, motos que el definen como “el icono británico definitivo”.
Dado el nivel de atención al detalle, al preguntar al equipo por la parte más gratificante del trabajo, se decantan por ese momento en que das un paso atrás para separarte del banco de trabajo y haces fotos de la moto. A veces, solo entonces llegas a apreciar el proyecto.
“¡No tengas prisa! Y no dejes que los demás te metan prisa. Deja que las ideas fluyan”.
¿Cómo llegaste al mundo de la personalización de motos?
Mi cuñado, Ian Thomas, es el “culpable” de mi pasión por las motos. Me enseñó a montar cuando tenía 10 años, me ayudó a hacer mi primera moto custom cuando tenía 15 y fue mi mentor al principio de mi carrera como mecánico allá por 1996.
¿Qué te impulsó a personalizar motos Triumph, concretamente de la gama Bonneville?
Las Triumph Bonneville son un verdadero icono británico y yo, que también soy británico, no puedo como mínimo dejar de sentir orgullo de trabajar con ellas. La Bonneville debe ser una de las motos más reconocibles jamás fabricadas. Recuerdo que cuando yo era joven, los amigos de Ian iban en Triumph y yo pensaba en lo que molaban.
En tu opinión, ¿qué es lo que hace que la Bonneville sea una plataforma tan buena para la personalización?
Es la base perfecta para que cualquier constructor empiece a trabajar. El chasis y el motor son buenos; ahí no hay mucho que cambiar. Y, de todas formas, muchas veces el objetivo es preservar esa icónica silueta.
¿Cómo describiríais vuestra visión de la personalización de motos?
¡No tengas prisa! Y no dejes que los demás te metan prisa. Deja que las ideas fluyan. Las mejores ideas llegan así. Si intentas a diseñar a la fuerza, jamás harás tu mejor trabajo. Me gusta vislumbrar en mi cabeza el proyecto finalizado antes de empezar a hacer la lista de piezas y el diseño. Una vez tengo la imagen en mi cabeza, podemos empezar.
¿Qué hace que vuestros trabajos sean únicos, en comparación con los de otros preparadores?
Los pequeños detalles. Mantener la moto pulcra y despejada. Ahora hay muchos más preparadores que cuando yo empecé en el negocio. Muchas motos se parecen bastante, pero también hay trabajos magníficos. La experiencia y la amistad que forjas con el cliente a lo largo del proceso también son importantes. Quiero que mis clientes se impliquen y que disfruten del proyecto desde el principio hasta el final. Eso es una gran parte de la moto.
Cuál fue tu reacción inicial ante el brief del proyecto el “Icons of British Originality”?
Encaja en mi estilo. Me gustan los detalles, sobre todo, los que tienen un buen motivo para existir. Tenemos la oportunidad de plasmar de verdad el emblemático carácter británico y los archivos de Triumph Motorcycles. Disfruto contemplando los modelos más antiguos de Triumph e investigando sobre ellos, y también tomando prestadas algunas ideas de las Bonnevilles del pasado.
¿Qué aspecto de la cultura británica ha influido más en este trabajo?
Bastantes, en realidad. Obviamente, los primeros modelos Bonneville. En nuestro proyecto se pueden apreciar algunos detalles, pequeños pero únicos, de aquellos modelos. Hemos cogido ideas de los años 50 y 60 y de la edad de oro del rock´n´roll. El rollo, la moda, la industria de la aviación, la industria automovilística... acabados y formas metálicas. ¡Entonces todo molaba mucho!
¿Cuál es vuestra fase favorita del proceso preparación, y por qué?
Disfruto de todo el proceso. Si tuviera que escoger solo una fase, sería la de los detalles más pequeños. Muchas veces son tan insignificantes que pasan desapercibidos, pero marcan la diferencia cuando empiezas a fijarte bien en cada moto.
¿Hay alguna regla de oro que sigáis siempre a la hora de elaborar una moto custom, y alguna que os encante romper?
Prefiero no manipular mucho el cableado principal. Me gusta que quede lo más parecido posible a la versión de fábrica. Y cuando lo tenemos más remedio que manipularlo, al menos usamos cables de los mismos colores para ponerle las cosas fáciles a cualquiera que posteriormente tenga que trabajar en la moto. Muchas de mis motos se exportan, así que me gusta pensar que estamos ayudando al próximo mecánico que vaya que hacer la revisión de la moto. También insisto en usar recambios de marcas de calidad.
¿Y una regla que te guste romper? ¿No estamos rompiendo ya las reglas de los diseñadores originales?
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